Andrea quería un caballo blanco por su cumpleaños.
Su mamá dijo: un caballo blanco necesita mucho espacio.
Andrea sacó todos sus juguetes del cuarto.
Su mamá dijo: un caballo blanco necesita mucha hierba.
Andrea juntó todo el pasto verde que había en la banqueta.
Mamá dijo: un caballo blanco necesita un nombre especial.
Andrea inventó el nombre más hermoso de caballo blanco que ha existido en el mundo.
Su mamá dijo: un caballo blanco necesita música para dormir.
Andrea aprendió las notas de una gran canción de cuna.
Mamá dijo: un caballo blanco querrá cuentos para dormir.
Andrea aprendió todos los cuentos que encontró…e inventó más.
Mamá dijo: un caballo blanco necesita mucha agua y sal
Andrea lloró y lloró hasta formar un mar que guardó en un frasco de mermelada.
Mamá dijo: tal vez.
Pasaron muchos cumpleaños, pero nunca había un caballo blanco para ella.
“Por favor”-dijo Andrea- “solo quiero un caballo blanco”…
Un día, después de muchos años sin caballo blanco, Andrea caminaba por la calle pensando en sus cosas y parado en una esquina estaba un caballo blanco. Era tan blanco que dolían los ojos al verlo.
Pero Andrea estaba pensando en sus cosas.
Se paró junto al caballo blanco a esperar el camión.
“hola” dijo el caballo blanco.
“que tal” contestó Andrea sin mirarlo bien.
“soy un caballo blanco” dijo el caballo.
“que bien” dijo Andrea sin mirarlo.
Pasaron varios minutos hasta que llegó el camión. Andrea lo abordó sin despedirse del caballo.
Y mientras el camión se alejaba de aquella esquina Ella pensó: “si hubiera tenido un caballo blanco…”
Su mamá dijo: un caballo blanco necesita mucho espacio.
Andrea sacó todos sus juguetes del cuarto.
Su mamá dijo: un caballo blanco necesita mucha hierba.
Andrea juntó todo el pasto verde que había en la banqueta.
Mamá dijo: un caballo blanco necesita un nombre especial.
Andrea inventó el nombre más hermoso de caballo blanco que ha existido en el mundo.
Su mamá dijo: un caballo blanco necesita música para dormir.
Andrea aprendió las notas de una gran canción de cuna.
Mamá dijo: un caballo blanco querrá cuentos para dormir.
Andrea aprendió todos los cuentos que encontró…e inventó más.
Mamá dijo: un caballo blanco necesita mucha agua y sal
Andrea lloró y lloró hasta formar un mar que guardó en un frasco de mermelada.
Mamá dijo: tal vez.
Pasaron muchos cumpleaños, pero nunca había un caballo blanco para ella.
“Por favor”-dijo Andrea- “solo quiero un caballo blanco”…
Un día, después de muchos años sin caballo blanco, Andrea caminaba por la calle pensando en sus cosas y parado en una esquina estaba un caballo blanco. Era tan blanco que dolían los ojos al verlo.
Pero Andrea estaba pensando en sus cosas.
Se paró junto al caballo blanco a esperar el camión.
“hola” dijo el caballo blanco.
“que tal” contestó Andrea sin mirarlo bien.
“soy un caballo blanco” dijo el caballo.
“que bien” dijo Andrea sin mirarlo.
Pasaron varios minutos hasta que llegó el camión. Andrea lo abordó sin despedirse del caballo.
Y mientras el camión se alejaba de aquella esquina Ella pensó: “si hubiera tenido un caballo blanco…”
2 comentarios:
Me ha pasado taaantas veces lo que a Andrea.. peccato!
Buuuhhhhh, qué triste cuento, pero qué hermoso
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