Hoy desactivé mis cuentas de hi5 y facebook.
La inspiración, curiosamente provino de un desconocido “amigo del facebook” (gracias estimado extraño), quien amablemente me pasó este link: http://www.imediaconnection.com/content/18693.asp
Aunque el artículo es mucho más cercano al marketing y la visión empresarial, definitivamente me motivó a dar el click final. No se si será definitivo o si mas adelante podría dar una segunda oportunidad.
Pero no quise seguir el ritmo y la dinámica de esas redes sociales.
Redes sociales…redes.
Como las que se usan para cazar. Para atrapar algo o a alguien.
Repito en mi cabeza la frase “redes sociales” y la imagen de una piara de atunes colgando fuera del agua, atrapada en las redes de un barco pesquero, se repite también. Imagino los atunes aplastados unos contra otros, coleteando, juntos pero sin hacerse compañía, sin siquiera mirarse, tratando de no ahogarse con aire.
Creo descabellado pensar que alguno de estos peces pudiera sentirse feliz y acompañado estando en una red.
Cuando la mosca ve a la araña acercarse, dudo que desee esa red y esa compañía.
En mi experiencia, el facebook y el hi5 me hicieron sentir pescada; completamente enredada en mensajes de actualización que saturaban mi cuenta de correo. Mensajes que eran breves y masivos, casi nunca personales aunque hablaban de intimidad:
¡Some one thinks’ you’re flirtable!!!,¡ You got a match!!!, ¡You have been superpoke!!!
¿Que alguien quiere salir conmigo?, ¿que soy 65% sexualmente compatible con mi primo?
Fulano X me envió una copa de champagne, en mi otra vida fui Juna de Arco y si fuera un dios sería Ganesh, sobreviviría el 50% del tiempo en una película de horror, si fuera un color sería rojo y si fuera una canción de los 80s sería in your eyes (aunque ni siquiera me guste esa canción). Según mi encuesta de ¿qué juguete serías? Yo habría sido ¿la Barbie ejecutiva? No sabía que eso existía.
Recuerdo que en un principio, cuando inicié con las cuentas de facebook y hi5, lo encontraba increíblemente divertido. Gracias a Hi5 localicé amigos antiguos a los que me dio gusto volver a saludar, porque el cariño que había existido en nuestra historia permanecía tibio y palpitante. A través de hi5 recibí un mensaje de mi nana Senorina (así se escribe y pronuncia su nombre SENORINA, de cariño yo le decía Seno).
Seno me arrulló y cuidó desde muy bebé, y aunque a veces yo era terrible con ella, me quería y yo a ella, por muchas razones. Seguía trabajando de nana y me reconoció en una foto del hi5.
Al principio todo parecía inofensivo y seguro.
Pero muy pronto el dark side del Facebook-hi5 comenzó a presentarse ante mí y supongo que de alguna manera siempre se nos presenta a todos.
¿Es el espíritu de querer saber? ¿O es la tendencia al chisme?
Yo prefiero pensar en “El pequeño Voyeur” que llevamos dentro
Por lo que sea, un día me di cuenta de que estaba mucho mas pendiente de otros perfiles y estaba olvidándome del mío, y no me refiero al que tenía publicado en la red, sino al mío real, al que dice en la vida de afuera quién y cómo soy.
Estoy segura de que cada persona es capaz de relacionarse con las cosas como el facebook, de diferentes formas. Conozco mucha gente que no es adicta al facebook ni al hi5, que no está al pendiente de la vida de los demás y que efectivamente puede usarlo como una herramienta social de intercambio y de contacto.
La inspiración, curiosamente provino de un desconocido “amigo del facebook” (gracias estimado extraño), quien amablemente me pasó este link: http://www.imediaconnection.com/content/18693.asp
Aunque el artículo es mucho más cercano al marketing y la visión empresarial, definitivamente me motivó a dar el click final. No se si será definitivo o si mas adelante podría dar una segunda oportunidad.
Pero no quise seguir el ritmo y la dinámica de esas redes sociales.
Redes sociales…redes.
Como las que se usan para cazar. Para atrapar algo o a alguien.
Repito en mi cabeza la frase “redes sociales” y la imagen de una piara de atunes colgando fuera del agua, atrapada en las redes de un barco pesquero, se repite también. Imagino los atunes aplastados unos contra otros, coleteando, juntos pero sin hacerse compañía, sin siquiera mirarse, tratando de no ahogarse con aire.
Creo descabellado pensar que alguno de estos peces pudiera sentirse feliz y acompañado estando en una red.
Cuando la mosca ve a la araña acercarse, dudo que desee esa red y esa compañía.
En mi experiencia, el facebook y el hi5 me hicieron sentir pescada; completamente enredada en mensajes de actualización que saturaban mi cuenta de correo. Mensajes que eran breves y masivos, casi nunca personales aunque hablaban de intimidad:
¡Some one thinks’ you’re flirtable!!!,¡ You got a match!!!, ¡You have been superpoke!!!
¿Que alguien quiere salir conmigo?, ¿que soy 65% sexualmente compatible con mi primo?
Fulano X me envió una copa de champagne, en mi otra vida fui Juna de Arco y si fuera un dios sería Ganesh, sobreviviría el 50% del tiempo en una película de horror, si fuera un color sería rojo y si fuera una canción de los 80s sería in your eyes (aunque ni siquiera me guste esa canción). Según mi encuesta de ¿qué juguete serías? Yo habría sido ¿la Barbie ejecutiva? No sabía que eso existía.
Recuerdo que en un principio, cuando inicié con las cuentas de facebook y hi5, lo encontraba increíblemente divertido. Gracias a Hi5 localicé amigos antiguos a los que me dio gusto volver a saludar, porque el cariño que había existido en nuestra historia permanecía tibio y palpitante. A través de hi5 recibí un mensaje de mi nana Senorina (así se escribe y pronuncia su nombre SENORINA, de cariño yo le decía Seno).
Seno me arrulló y cuidó desde muy bebé, y aunque a veces yo era terrible con ella, me quería y yo a ella, por muchas razones. Seguía trabajando de nana y me reconoció en una foto del hi5.
Al principio todo parecía inofensivo y seguro.
Pero muy pronto el dark side del Facebook-hi5 comenzó a presentarse ante mí y supongo que de alguna manera siempre se nos presenta a todos.
¿Es el espíritu de querer saber? ¿O es la tendencia al chisme?
Yo prefiero pensar en “El pequeño Voyeur” que llevamos dentro
Por lo que sea, un día me di cuenta de que estaba mucho mas pendiente de otros perfiles y estaba olvidándome del mío, y no me refiero al que tenía publicado en la red, sino al mío real, al que dice en la vida de afuera quién y cómo soy.
Estoy segura de que cada persona es capaz de relacionarse con las cosas como el facebook, de diferentes formas. Conozco mucha gente que no es adicta al facebook ni al hi5, que no está al pendiente de la vida de los demás y que efectivamente puede usarlo como una herramienta social de intercambio y de contacto.
Pero yo no logré mantener la paciencia y por ello claudiqué, no soporté el bombardeo de mi intimidad, me exasperó que constantemente un ente innombrable se dedicara a decirme cómo soy, con quién debo de estar y qué me gusta.
Mucha información que circula en estos sitios es información que debería ser íntima, privada y sin embargo es expuesta y manejada como si fuera un catalogo de avón:
“You have a ¿what erotic toy would you be? request”, “Mr. M is flirting with some one very especial, find out who”, “¡Fulna Cómo is no longer single!!”…
“You have a ¿what erotic toy would you be? request”, “Mr. M is flirting with some one very especial, find out who”, “¡Fulna Cómo is no longer single!!”…
De 30 mensajes diarios que llegaban, ninguno era realmente para mí.
“Saca una cuenta especial de correo para esos mensajes del facebook”- me sugirieron acertadamente, pero el problema, evidentemente, no es solo la saturación de la bandeja de entrada. También es una saturación de la cabeza, de las ideas y del corazón.
Si bien es cierto que uno logra encontrar gente maravillosa, amigos de la infancia remota, incluso a la nana de los más tiernos tiempos y si se tiene suerte, hasta ofertas de trabajo; la mayoría de las veces uno termina sobreexpuesto como una fotografía mal tomada o mal revelada, una imagen alterada y parcial, engañosa.
Según facebook, de toda mi red de amigos yo soy 95% más deseable que cualquiera, 78% más popular que cualquiera y mi composición es 70% sexy y 30% linda.
¿Qué significa eso? Nunca pude contestarme esta pregunta.
Si bien es cierto que uno logra encontrar gente maravillosa, amigos de la infancia remota, incluso a la nana de los más tiernos tiempos y si se tiene suerte, hasta ofertas de trabajo; la mayoría de las veces uno termina sobreexpuesto como una fotografía mal tomada o mal revelada, una imagen alterada y parcial, engañosa.
Según facebook, de toda mi red de amigos yo soy 95% más deseable que cualquiera, 78% más popular que cualquiera y mi composición es 70% sexy y 30% linda.
¿Qué significa eso? Nunca pude contestarme esta pregunta.
Llegaban decenas de mensajes que decían “some one very especial wishes to date you, but we can’t tell you who”.
¿very especial? ¿Según quién? ¿A caso hay un cuerpo de científicos, psicólogos, sociólogos y jueces de belleza con bata blanca en el facebook-data-lab, analizando la información de cada perfil y cada persona?
Bueno, es muy probable que si los haya, y de ser así, qué terror que toda la información de mi vida social esté en manos de un cuerpo de científicos y jueces de belleza de bata blanca quién sabe dónde.
Además, si esa persona que desea salir conmigo fuera tan especial, debería tener el valor mínimo necesario para pedirlo sin intermediarios.
Cientos de amigos “very especial” y sin embargo, me siento tan acompañada o tan sola como siempre, como antes.
Aunque constantemente mi “estatus social” incrementaba (me gané el título de play boy flirt girl, 2nd most hot people in my network y, como no, So fashionable), la gente que de hecho está conmigo, son los amigos de siempre, los de antes de la red. Aquellos que me besan y abrazan con el cuerpo, los que prefieren escuchar mi voz, verme a los ojos, caminar y discutir, acompañarme a buscar la mejor malteada de chocolate de la región; los que saben que brindar debe ser con vino y no con aire, y no necesitan compararme con nadie, ni les importa el porcentaje de popularidad que la web me otorga.
Ellos, que me permiten sostenerme y sostenerlos porque comprenden que las cosas reales, son y las virtuales…pues su nombre lo explica todo.
Esa es mi lista, la única lista que me importa actualizar y no necesito aplicaciones para recordar quiénes la componen porque los cuento con los dedos de una sola mano (bueno, tal vez con las dos manos). En resumen: mi compañía.
No quiero que los besos que me den sean electrónicos, me gusta sentir la saliva y la fricción de los labios que se encuentran. Un abrazo en mi computadora no calienta y las copas de champagne solo saben bien cuando las burbujas tocan mi lengua y con certeza sé que podría emborracharme hasta bailar con el perro y sin música.
¿very especial? ¿Según quién? ¿A caso hay un cuerpo de científicos, psicólogos, sociólogos y jueces de belleza con bata blanca en el facebook-data-lab, analizando la información de cada perfil y cada persona?
Bueno, es muy probable que si los haya, y de ser así, qué terror que toda la información de mi vida social esté en manos de un cuerpo de científicos y jueces de belleza de bata blanca quién sabe dónde.
Además, si esa persona que desea salir conmigo fuera tan especial, debería tener el valor mínimo necesario para pedirlo sin intermediarios.
Cientos de amigos “very especial” y sin embargo, me siento tan acompañada o tan sola como siempre, como antes.
Aunque constantemente mi “estatus social” incrementaba (me gané el título de play boy flirt girl, 2nd most hot people in my network y, como no, So fashionable), la gente que de hecho está conmigo, son los amigos de siempre, los de antes de la red. Aquellos que me besan y abrazan con el cuerpo, los que prefieren escuchar mi voz, verme a los ojos, caminar y discutir, acompañarme a buscar la mejor malteada de chocolate de la región; los que saben que brindar debe ser con vino y no con aire, y no necesitan compararme con nadie, ni les importa el porcentaje de popularidad que la web me otorga.
Ellos, que me permiten sostenerme y sostenerlos porque comprenden que las cosas reales, son y las virtuales…pues su nombre lo explica todo.
Esa es mi lista, la única lista que me importa actualizar y no necesito aplicaciones para recordar quiénes la componen porque los cuento con los dedos de una sola mano (bueno, tal vez con las dos manos). En resumen: mi compañía.
No quiero que los besos que me den sean electrónicos, me gusta sentir la saliva y la fricción de los labios que se encuentran. Un abrazo en mi computadora no calienta y las copas de champagne solo saben bien cuando las burbujas tocan mi lengua y con certeza sé que podría emborracharme hasta bailar con el perro y sin música.
Y ahora, que ya no tengo mis redes sociales, cuando no se que hacer, miro por la ventana cómo la gente pasa; y me siento 30% tranquila, 10% triste, 35%entera, 25% aterrada…y 100% viva.