lunes, 28 de septiembre de 2009
viernes, 11 de septiembre de 2009
Radiografías de los días grises y de cómo llegué a odiar cierta caricatura.
miércoles, 2 de septiembre de 2009
Un nuevo personaje: Ella la frágil.
Alguien se está emocionando. En algún lugar, alguien está temblando de emoción porque algo tremendo está a punto de ocurrir. Esta persona se ha vestido para la ocasión. Esta persona ha soñado y ha esperado. Ahora en verdad está sucediendo y no puede creerlo. Pero creer o no, eso es irrelevante. El tiempo para la fe y la fantasía ha pasado, porque esto, esto en verdad va a pasar.
Involucra dar un paso al frente e hincarse, como cuando uno recibe el título de caballero. A uno casi nunca lo nombran nada. Pero puede que esta persona se arrodille y reciba un golpecito en cada hombro con una espada. Es más probable que esta persona esté en su coche o en una tienda o bajo un toldo de plástico cuando esto suceda. Puede que esté conectada en internet y reciba un mail que diga Re: Tu nombramiento. O que encuentre un correo de voz en su teléfono, un mensaje largo y ruidoso con risas en el fondo en donde todas las personas que esta persona ha conocido están en altavoz diciendo: Pasaste la prueba, no era más que una prueba. Estábamos bromeando, la vida real es mucho mejor que esto.
Esta persona se ríe con alivio y escucha el mensaje otra vez para apuntar la dirección del lugar en donde todas las personas que ha conocido la esperan para abrazarla. Para acercarla a la esencia de lo que significa estar vivo. Esto es muy emocionante porque no es un sueño, esto es real. Están esperando junto a la mesas de cemento del parque por el que esta persona ha pasado tantas veces. Ahí están todos. Hay globos pegados a las bancas y la niña con la que esta persona tomaba el camión escolar está ahí también, sosteniendo unos pompones. Todos sonríen. Por un instante esta persona se siente desconcertada, la escena le da miedo, pero sería tan típico de esta persona el deprimirse justo en el momento más feliz de su vida que decide seguir adelante y unirse a la multitud.
Maestros de materias que esta persona pasó rozando están ahí. Los maestros de matemáticas se acercan a decirle que las matemáticas sólo eran una manera distinta de decir: Te queremos. De ahora en adelante simplemente lo van a decir: Te queremos. Y los maestros de química y anatomía también lo dicen. Esta persona se da cuenta de que es cierto, lo dicen de verdad. Es increíble. Ciertos pendejos que jodieron a esta persona en la secundaria aparecen entre la muchedumbre. Sus caras están desfiguradas por el amor, como si se hubieran hecho una cirugía. Estos imbéciles hermosos ahora son dulces criaturas, y amablemente doblan el suéter de esta persona para ponerlo en donde no se ensucie. Pero lo mejor, es que todo aquél que esta persona alguna vez amó está ahí. Incluso los que se escaparon. Le toman la mano y le cuentan cómo fue difícil pretender que ya no la querían, cómo tuvieron que fingir el enojo y la tristeza; irse y dejarla sólo fue de mentiritas. Esta persona no puede creerlo, parecía real. El corazón de esta persona se rompió y sanó, y ahora esta persona ya no sabe qué creer. Se está enojando, pero todos la calman. Todos le explican esto era necesario para saber qué tan fuerte era. Y miren, ahí está el doctor que le prescribió sulfas y la dejo ciega temporalmente. Y más allá está el hombre que le ofreció dinero por acostarse con él cuando esta persona era pobre. El mismo que las tres veces le pagó en efectivo. Ambos están aquí. Parecería que se conocen de antes. Ambos tienen pequeñas medallas para colgarle, son medallas al honor y la fuerza. Las medallitas brillan bajo el sol y todos aplauden.
De repente, esta persona siente la necesidad de checar su buzón. Es un viejo hábito, incluso si todo va a estar bien esta persona quiere recibir correo. Así que esta persona dice que ahorita vuelve y todos dicen no te preocupes, tómate tu tiempo. Esta persona se sube a su coche y maneja hasta su casa. Abre el buzón, pero está vacío. Aunque es martes, que es un día universalmente bueno para el correo. Esta persona está muy decepcionada y sube las escaleras hacia su departamento olvidándose por completo del picnic en el parque, llama al buzón de voz pero tampoco hay nuevos mensajes, sólo el viejo, el de “Todo era una prueba" y "La vida es mucho mejor que esto". Tampoco le ha llegado ningún mail, probablemente porque todos están en el picnic. Esta persona no puede convencerse de volver al parque.
Esta persona se da cuenta de que quedarse en casa sería significa darle la espalda a todos los que alguna vez ha conocido. Pero el deseo de quedarse es demasiado fuerte. Esta persona quiere darse un baño y leer en la cama.
En la tina, esta persona empuja las burbujas de jabón de un lado al otro escuchando el sonido que hacen al reventar. Parece un solo sonido en lugar de un millón de sonidos diminutos. los senos de esta persona apenas salen del agua. Esta persona empuja las burbujas hacia su pecho y juega a hacer formas extrañas con la espuma. Para este momento ya todos se deben haber dado cuenta de que esta persona no va a volver. Todos estaban equivocados. Esta persona no es como creían. Esta persona se sumerge y mueve sus cabellos como una anémona. Esta persona se puede quedar bajo el agua por un tiempo impresionantemente largo, pero solo si es en una tina. Esta persona se pregunta si algún día existirá una competencia olímpica de contener la respiración bajo el agua de la tina. Una medalla olímpica podría redimir a esta persona ante los ojos de todos aquellos que alguna vez conoció.
Pero existe tal concurso, así que no habrá redención. Esta persona se duele por haber arruinado su oportunidad de ser amada por todos, y mientras se mete en la cama, el peso de la tragedia comienza a presionar su pecho. Es un peso reconfortante, casi humano en cantidad. Esta persona suspira. Esta persona cierra los ojos. Esta persona duerme.
Texto: "This person" Miranda July