Feliz cumpleaños guapo

Ahora que terminan mis veintinueve:

Descubrí que Morrissey cumple el mismo día que yo.

Escuché 3000 veces Cemetry gates y a los Smiths

Tengo un perro prestado.

Y un árbol de durazno que florea a destiempo

Encontré hermosísimas compañías con las que comparto mis días y mi café a cambio de un poco de perro prestado.

Me rompieron el corazón y yo rompí otro también.

Me olvidaron.

Me recordé.

Me perdieron.

Me encontré.

Trabajé en mi primer largometraje, sólo una escena, pero fue el primero.

Estuve arriba del escenario, corazón en mano (a un metro de Robert Smith) cuando the cure comenzó a tocar Friday I’m in love y me enamoré del amor de otro.

Canté por primera vez, en vivo, en público, con grandes músicos y amigos. Desafiné y lo disfruté. ¡Fui la chica de la banda!!!

Grabé un demo que nunca nadie escuchará completo…¿o sí?

Admití mi melancolía y me hice dueña.

Me revelé ante los imbéciles y sin recato dije “NO”

Leí “de profundis” y lamenté no haberlo leído antes, pero hoy Wilde está de mi lado.

Me llené de la mejor música del mundo y dejé de tolerar toda la demás.

Retomé los lápices y los plumones y reconocí que nunca debí dejar de dibujar.

Aprendí dos o tres cosas de la pasión, pero de la pasión verdadera, no declaratorias discursivas estilo “ soy bien apasionado pero todo está chido igual”; pasión de esa que no te deja casi respirar y una vez que comienza, es imposible detenerla. Descubrí que no me da igual, que la paz es enemiga de la indiferencia y la indiferencia es la mejor amiga de la tolerancia absoluta e incuestionable.

Bailé un poco menos que de costumbre, pero Marguerite Duras me mantuvo en el sillón. Ella colaboró con la pasión.

Perdí cuatro celulares en menos de seis meses y puse mi granito de arena para que Slim siga arriba en la lista Forbes de los más pesudos y cabrones.

Gasté todos mis ahorros para poder escribir en la mañana sin prisas y sin tener que llegar a alguna oficina.

Escribí.

Escribí.

Estoy en banca rota.

Me convertí en un Panda.

Volví a las andadas y comencé un montaje nuevo con J y un video con F (gracias chicos).

Llegó R.

Comprendí que las mejores lunas de miel no son las de los casados y son más dulces cuando hay
nada más dos actores en ellas.

Entendí que “siempre” es imposible pero igual hermoso.

Lloré hasta quedarme dormida (Bueno eso lo he venido haciendo cada año…y creo que seguiré. Me hace bien).

Comprobé que mis verdaderos amores siguen aquí, cuidándome el trasero.

Y lo más importante:

Me detuve a tiempo

Y al hacerlo avancé.

Nada mal para ser mi último año de “veintes”.

Gracias a todos los que están aquí aun sin estarlo.

¡Feliz cumpleaños guapo!!!.