miércoles, 17 de diciembre de 2008

Ella otra vez...

Cielo urbano.

Desde la azotea de su casa ella contempla el atardecer.

Cielo naranja, luego rosa, finalmente azul oscuro.

A la mitad del cielo, iluminando descaradamente, reconoce la primera estrella de la noche. Recuerda a su madre, que de niña le decía: “la primera estrella de la noche cumple deseos, pide un deseo”.

Ella obedece; pide un deseo (o cien):

“Salud, fuerza, paciencia, amor, trabajo, para mí, para S. M. y E., para C. para R. y F. D. para X. y K. ,y L,...para A, sí también para A…aunque ya no nos queramos, aunque nos olvidamos, rompimos promesas y no le importe lo que ocurra conmigo, aunque no piense en mí ni yo en él, aunque…¿un momento?...”- detiene su plegaria, confundida:

La primera estrella se comporta extraño…se ha movido de lugar.

“Pinches aviones…ojalá esos también cumplan deseos”- piensa mientras suelta una pequeña carcajada. Acaricia a los perros, termina de beber el vino y regresa a su cuarto.


5 comentarios:

Sirena dijo...

¡Ese es el espíritu Panda! (los aviones también cumplen deseos).

10.21 dijo...

me sentí como triste, panda.

Ondina dijo...

Gracias por la visita, Pandita. Yo también hacía mucho que no me paseaba por acá.

Y bueno, pues qué se me hace que más bien era un OVNI ese al que le pediste el deseo, así que cuidado con lo que pides porque "un mundo nos vigila" :P

Bueno, pues me da gusto estar por fin descansando y poder leer los blogs que me gustan. Mientras tanto, espero tu comentario en mi última entrada.

Recibe un afectuoso saludo.

Invierno Funk dijo...

jaja.. genial.

Es usted un encanto

rf dijo...

Los aviones cumplen deseos siniestros. Por eso se caen.