Vale decir que aquel que lo practica y domina es inteligente, perspicaz, ágil; pero sobre todo elegante.
Aquel que lo practica debe no sólo ejecutarlo con gracia; también soportarlo, recibirlo estoicamente y con dignidad; y reconocer un buen sarcasmo cuando lo ve. El sarcástico consumado se alegra al toparse con un sarcástico digno.
No hay nada peor que un chiquito, que jugando al sarcasmo, al primer golpe, corre a esconderse tras los manteles, o...la cafetera, enojado, ofuscado lanzando patadas injustas.
Es decir; si marcas el ritmo debes poder bailarlo, o mejor no lo intentes.
Pero sobre todo, el sarcasmo no es un ataque frontal hacia nadie, es la maravilla de tocar el punto sin verlo, ni nombrarlo...decir sin decir, sin agredir, aunque duele. Tan complejo como el albur.
Niños: no intenten esto en casa.
Aquel que lo practica debe no sólo ejecutarlo con gracia; también soportarlo, recibirlo estoicamente y con dignidad; y reconocer un buen sarcasmo cuando lo ve. El sarcástico consumado se alegra al toparse con un sarcástico digno.
No hay nada peor que un chiquito, que jugando al sarcasmo, al primer golpe, corre a esconderse tras los manteles, o...la cafetera, enojado, ofuscado lanzando patadas injustas.
Es decir; si marcas el ritmo debes poder bailarlo, o mejor no lo intentes.
Pero sobre todo, el sarcasmo no es un ataque frontal hacia nadie, es la maravilla de tocar el punto sin verlo, ni nombrarlo...decir sin decir, sin agredir, aunque duele. Tan complejo como el albur.
Niños: no intenten esto en casa.