En tu caso eres una navaja bien afilada; cortas con precisión el nervio que sostiene mi pequeño amor.
Y así, desamorada, sangrando, pálida, desarmada; me mandas de regreso a casa en metro, sola, de noche, sin boleto, preguntando ¿Existo?
¿Existo?
¿Alguien puede verme?
Y cuando llego a casa, a penas sobreviviendo, me pides que sonría y te haga de cenar.
Cómico. Yo pongo la sartén al fuego y busco en la alacena.
Sí, no cabe duda...somos exactamente lo que hacemos.
Y así, desamorada, sangrando, pálida, desarmada; me mandas de regreso a casa en metro, sola, de noche, sin boleto, preguntando ¿Existo?
¿Existo?
¿Alguien puede verme?
Y cuando llego a casa, a penas sobreviviendo, me pides que sonría y te haga de cenar.
Cómico. Yo pongo la sartén al fuego y busco en la alacena.
Sí, no cabe duda...somos exactamente lo que hacemos.
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