-¡Exijo que me tomes en serio!
-Lo entiendo, pero para eso quizá deberías pensar en
perder la nariz roja, el sombrerito, la peluca de colores, el maquillaje blanco,
los pantalones bombachos, la florecita que escupe agua, los zapatos agrandados,
el monociclo, los pasteles y el perrito bailarín que ladra junto a ti.
Mientras se alejaba escuchó la corneta del
ridículo auto color bombón y la risa de todos los demás.
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