Yo pensaba que la única ventaja de no tener una bañera en casa era la seguridad de que los resbalones estaban casi nulificados.
También pensaba que los puentes peatonales eran la alternativa segura para cruzar avenidas de alto riesgo en esta ciudad, por lo menos eso fue lo que aprendí de mis amigos los scouts (húndanse malditos, sus enseñanzas no sirven y sus uniformes son deformes)
Ayer, durante la pequeña tormenta que mojó la zona sur de la ciudad, disprobé esas certezas y comprobé otras.
La historia comienza así:
En una zona sur de la ciudad de cuyo nombre sí me puedo acordar pero no lo voy a mencionar: (bueno, era en Tlalpan)
a) esperar a que se ponga la luz roja y cruzar la avenida.
b)Subir el puente peatonal que le permitirá cruzar sin perder tiempo y sin arriesgarse a que algún conductor ebrio o histérico decida pasarse la luz roja y termine con su dulce existencia.
El panda se decide por la segunda, porque piensa: “los peatones debemos poner de nuestra parte para que los conductores nos respeten, sí, los puentes están hechos para la seguridad de todos, ¡arriba los puentes!” (Sí, pinche panda ñoño)
Segundos después el pinche panda ñoño está arriba del puente, bien sonriente, bien feliz. La lluvia arrecia.
Cruza el puente y comienza a bajar las escaleras agarrado del barandal (no vaya a ser que se caiga, jajajaja. Panda iluso)
(Esta parte ya es como mala película gringa de terror donde con la música te avisan desde quince minutos antes que algo TERRIBLE va a ocurrir, pero el panda iluso ni en cuenta)
Al bajar el segundo escalón, los coquetos zapatos de tiras doradas del panda (porque este panda tiene buen gusto y usa botas como de astronauta que tienen cintas doradas y filosofía “just do it”) se levantan en el aire ambos al mismo tiempo y de un solo movimiento estilo PLOP-Condorito, el panda imbécil cae sobre su trasero rebotando tres escalones. Por favor imaginen a un panda haciendo “patitos” ¿ya? Patético ¿verdad?
Durante los segundos que el panda está en el aire piensa: “puta madre”
Cae y rebota; se queda inmóvil unos segundos con cara de portero al que le acaban de anotar un gol que pudo haber parado pero por lento no paró, o sea cara de pendejo.
No, queridos lectores, el panda no pudo levantarse inmediatamente y fingir que nada había ocurrido porque de verdad le dolió hasta los ovarios (sí, los ovarios). El panda se quedó tirado en el puente, empapándose y comenzó a llorar como niñita. Pasado un minuto, el panda trata de hacer recuento de los daños: “ok, puedo mover las piernas” se dice a sí mismo. Comienza a caminar empapado, hasta que llega a un changarro de copias y trata de recuperarse, pero conforme el tiempo pasa el dolor aumenta.
El panda coge su celular y le habla a su cita de las seis y le dice: “hola, ¿sabes? No voy a poder ir al concierto de tambuco, es que me acabo de partir la madre, luego te llamo”.
Inmediatamente después, el panda hace lo que toda adulta responsable y entera haría en semejante situación: le llama a su mami (a huevo): “¿Ma? Voy para tu casa, me partí la madre en el puente…si pinche puente…buuu…ya voy”. Cuelga y comienza a caminar como viejito con enema hacia la casa de mamá (que por suerte estaba a menos de dos minutos del mentado puente).
Un rato después, como el dolor es intenso el panda intenta localizar ¿a quién?, pues obvio; a su papá que es doctor, pero como no lo encuentra, el panda decide utilizar el teléfono rojo (como el de Batman) y se comunica directamente a la línea de su súper amigo-héroe-salvador Fernando, que es todo lo que la medicina moderna ha dejado de ser y siempre ha soñado con volver a ser: lo mejor.
En media hora Fernando está camino al hospital con el panda recostado en el asiento del copiloto.
Para estas alturas el panda tiene un dolor estilo “pinche GDF y pinches baches y saludos a tu mamá Ebrard” ubicado justo en…bueno, mejor lo digo de una vez porque a lo largo de esta narración lo voy a repetir en numerosas ocasiones: al panda le duele el culo. TODO EL CULO.
El panda además está asustado, sabe que a sus casi treinta primaveras los huesos ya no sanan igual, aunque tome su leche lala extra-calcio.
Finalmente llegan al hospital y Fernando contacta médicos y consigue que atiendan al panda. Primero el registro. Un muchacho muy amable hace las preguntas:
Muchacho: ¿ Nombre?
Panda: Panda
Muchacho: ¿Edad?
Panda: 3x10
Muchacho: ¿Religión?
Panda: mmm ¿puedo decir que soy Jedi?
Muchacho: jajaja. No.
Muchacho: ¿Estado civil?
Panda: entera…digo, soltera.
Muchacho: ¿Estás embarazada?
Panda: jajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaajjjjjjjjjjjja
De ahí en adelante todo el mundo le pide al panda que tome asiento a lo cual el Panda responderá:- este, mejor no- y pensará: ¿Qué nadie me cree que me duele el culo?
En repetidas ocasiones le preguntarán: ¿qué te paso? Panda contestará: caí de cola, de nalgas, estilo Condorito, culo, glúteos, trasero, asentaderas, nachas; eso si, pompis no, nunca, el panda primero se muere antes que aceptar semejante termino para su zona predilecta: grrrrrrrrrhaaaaa, pompis.
La primera doctora que revisa al panda es muy amable e inyecta a nuestro panda con una droga maravillosa de nombre Dolac. Aunque la inyección duele como si le hubiesen inyectado chile y limón, después de veinte minutos, el panda está en la gloria y quiere alzar un monumento al señor que descubrió el Dolac y bailar tap. “Detente este algodón en tu pompi” dice la doctora después de la inyección.
Finalmente el panda va a que le tomen una radiografía de la cola (de frente y de perfil). Luego el ortopedista le pregunta: ¿qué te pasó? ¿Caíste de pompis?
Queda descartada la fractura de cola, o por lo menos en ese momento, porque descubren que el panda tenía la cola rota desde antes, aunque ya lo sabía.
En todo esto Fernando sostiene al panda, lo acompaña, nunca lo deja solo y sabe que todo está bien y logra que panda se sienta tranquilo y hasta lo hace reír.
Finalmente, el día en el hospital termina, Fernando lleva a Panda a su casa, y lo deja al cuidado de las princesas con las que el Panda vive. Ellas alimentan al panda con pizza y el panda se acuesta sintiéndose mejor.
Y como a eso de las doce, la cita de las seis llega a casa del panda con chocolates y música; también lo hace reír como nunca.
ENTONCES:
Cosas que aprendí:
1.- Tenis de astronauta con cintas doradas: no son anti derrapantes, pero son muy bonitos.
2.- Los scouts apestan. No se dejen engañar.
3.- Amo a mi mamá.
4.- Los doctores del sistema de salud pública usan los términos más despreciables para referirse a la anatomía del cuerpo humano.
5.- Fernando…nunca voy a poder terminar de agradecer que siempre estés ahí cuidándome el trasero.
6.- Pinches baches y saludos a la mamá de Ebrard.
7.- Creo que está demás decir que uno DEBE usar los puentes peatonales ¿no? Digo, es sentido común, sería absurdo que alguien pensara que no hay que usarlos, sin embargo (como niño de tres años que piensa que los objetos tiene vida y voluntad) desquito mi frustración diciendo: ¡Pinches puentes! Hoy tengo mas ganas que nunca de quemarlos…o ponerles lija anti-derrapante.
8.- Gracias señor Dolac, gracias, gracias, gracias…9.- Los Jedi no están considerados como religión oficial por el sistema de salud pública mexicana.
10.- Soy tan bonita por fuera como por dentro (no saben que chulada de pelvis me cargo)
11.- Si usted sigue leyendo este post tan largo es que no tenía prisa de ninguna especie ¿verdad?
12 comentarios:
Aplausos!!!
Gran, gran post!!!
Aunque en lo personal creo que hiciste lo correcto, subir al puente, creo que está bien...
Pero bueno, eso es lo de menos, el aplauso es para la creatividad, y convertir un mega madrazo en una gran anécdota!!
venga panda
invierno.funk
Uy, pues lamento el terrible incidente, celebro que no haya pasado de un dolor de pompis y te felicito por el maravillos poust. Muy bien escrito y cagadísimo.
Ni duda cabe: a veceses útil un buen chingadazo.
Saludos.
En efecto, no tenía nada mejor que hacer.
En fin, de tanto que lo mencionaste me quedaré pensando en tu trasero… que no conozco.
jajaja
amé el post y sí tengo prisa. el tap rifa, anotaciones para luego, muerte a ebrard! igo no, a los baches y a los scouts!! yeah.
pobre panda mallugado, los puentes no son malos. El panda es torpe. tu culo va a sanar. te va doler cuando haga frio. Pero a todos nos duele algo con el frio.
Mientras, las princesas de la mansión encantada y el loco max te cuidaremos con mas pizzabrosa de queso.
beso en el culete moretiado!!!
atte...sopa
me reí...
en el fondo, qué lindo tener tiempo para caerse de culo; mamá, hospital, puente y todo eso (como si la vida fuera un cuento donde realmente existe el tiempo para esas cosas).
jaja,pues en realidad no es que haya tiempo o no, digo, yo no tenía tiempo de nada de eso. Pero cuando te caes, te caes y normalmente nadie te pregunta: ¿tienes tiempo de partirte la madre ahorita o mejor nos esperamos al fin de semana?
Sabia virtud de conocer el tiempo.
a la una...
a las dos...
y a las...ching749174
quien dice que eso no fue lo mejor?
si, el puente fue la mejor opcion.
muy bueno,
los semaforos tambien son engañosos.
Aquí te dejo un comentario de peloteo puro y duro.
En mi defensa, Sofía, A quién corresponda, 40º, este mismo que estoy comentando... son textos muy buenos independientemente de que sean historias reales o ficticias.
Realmente me gusta como escribes.
No se si fuera de este mundo virtual publicas algo o no... pero calidad literaria yo creo que si hay.
Basta de peloteos, me voy a tomar un vermú. Saludos.
...que descule de historia!
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