viernes, 17 de octubre de 2008

En mi defensa:



Un viaje de cuarenta minutos, a las seis o siete de la noche en Metrobús, le quita el instinto maternal o paternal (en su defecto) a cualquiera.
A veces uno alcanza terribles pensamientos allí metido. Y yo que me encuentro en la edad particular de considerar la reproducción como opción o no en mi vida, cada vez que me bajo del Metrobús a la hora pico, llego a la conclusión de que, por mí, la humanidad ya tiene suficientes problemas con los que lidiar como para agregarle algunos más.
El letrero que dice: “Igualdad de género en el Metrobús, secciones exclusivas para mujeres”.
Es totalmente un poema. Igualdad de género; igualito que en la India.
Como si una vez apretados allí adentro fuera posible no mezclarse. Y así, revueltos juntos, uno ve de todo. Desde los gestos más amables y sencillos, hasta los más hostiles y despreciables.

Una noche vi cómo un pobre hombre joven armado con un Ipod, le bloqueaba el paso a un hombre en muletas y que difícilmente podía mantenerse en pie.
Se mecía con la música como si no se diera cuenta de que estaba justo adelante y aplastando al hombre de las muletas, que prácticamente no tenía piernas y luchaba por mantenerse en pie con un par de muletas de madera absolutamente remendadas. La multitud se aplastaba, y el hombre joven del Ipod no permitía que el hombre de las muletas se acercara a un asiento. ¿Lo iba a hacer? Con el pretexto estúpido de que está inmerso en su música, distraído; este hombre con Ipod ¿pretendía tomar ágilmente el primer asiento que encontrara a su paso? ¿Sin importarle patear al hombre de las muletas?
No lo había visto, disculpe- ¿diría en caso necesario?…
Pero yo lo vi. Y no me pareció que el hombre del Ipod pudiera verdaderamente no darse cuenta de lo que ocurría a su alrededor.
¿Cómo?- pensé mientras veía la patética escena entre empujones- ¿Y si yo tuviera un hijo así?…- me pregunté.
La imagen me aplastó y me obligó a intervenir sin pensar muy bien:
¡Esto es ridículo!- le dije firmemente al hombre del Ipod.
¡Este señor prácticamente no tiene piernas!! ¿Quién necesita más un asiento?
¿Alguien con piernas?
o
¿Alguien sin piernas?
Él no tiene piernas
Tú sí tienes piernas…dime ¿un asiento quién lo necesita más?
El hombre del Ipod retrocedió ¿disimulando? Sin decir nada , y finalmente el hombre sin piernas logró estar en un lugar privilegiado para encontrar un asiento tan pronto se abrieron las puertas del siguiente Metrobús.
Lo miré, orgullosa de mi acción. Y entonces el hombre sin piernas dijo:
-Gracias- de una manera en la que pude sentir que mi insistencia en el argumento de que él necesitaba más el asiento porque no tenía piernas, lo incomodó profundamente. El hombre sin piernas agradecía el gesto, pero nunca lo habían llamado tantas veces cojo en tan poco tiempo…aunque lo fuera.
Al final, hombre sin piernas viajó sentado.
Y yo entonces lo supe…
Jamás habría podido ser abogada.
Qué bueno que nunca quise…

8 comentarios:

rf dijo...

Si estuviéramos en Manchester...

Pandemia en la bañera... dijo...

Hablaríamos inglés

Sirena dijo...

Uy.. eso podría pasarme a mí... Igual, me encanta tu "modus operandi" en el transporte público... eso de "seeeeeñoooor, báaaajeleeee a la múuuuusicaaaaaa".

Done Badly dijo...

Uf, ese Metro. Cuando estoy en el DF, por lo general puedo darme el lujo de no abordar en horas pico. Pero una vez me tocó. Y en uno de esos mentados vagones "sólo para damas." Whatever. Había una mujer embarazada y el vagón se llenaba y se llenaba y se llenaba y la pobre panzona gritaba, "Ay, me aplastan." Y alguien dijo, "¿No ven que está embarazada?" Y alguien más gritó, "Pues que se baje." No me gusta decir 'chale' pero ¡chale!

Me gustaría tener a alguien como tú para que me defienda si me quedo coja un día. Creo que serías muy buena abogada si te diera la gana. Qué bueno que no, porque me imagino que sucks sometimes.

Pandemia en la bañera... dijo...

Sirena: ajajajajajajajaja. Es que si estaba muy fuerte la música, no había más opción que gritar.
Karina: Me has dado una estupenda idea. Ya que no pude ser Ofelia, abriré mi despacho de guardaespaldas populares, vamos contigo al metro y te protegemos de los abusivos, los lacivos, las madres histericas, los niños llorones, los vendedores ambulantes y cualquier otra alimaña citadina... !seré millonaria!!!

Escotomo dijo...

Ultimamente, con el afán de hacer noticias de obviedades, publican los perodicos que los aparatitos con auriculares mp3 producen sordera, y añado yo, y si encima escuchas reggaeton a todo volumen te quedas tonto. Pero para esta obviedad aun no han hecho las suficientes estadisticas y encuestas.
Dejan las noticias a medias.

Anónimo dijo...

Qué onda maextra, hace mucho que no la leía...
Me da risa ese letrero de "igualdad de género" cuando lo que piden es que supuestamente le den prioridad a las mujeres en ese espacio.
Igualdad de género serían la 2a y 3er puerta no??? pero bueno, ya vimos que la primera también.
Creo que debería ser "preferencia de género", y los hombres entenderíamos, no nos ofenderíamos ni nada.

Anónimo dijo...

Panda:
la ciudad es una foto móvil (mmm, video entonces?) de la estupidez humana a todo color y a todo volumen. De vez en cuando esta padre salir un poco de la imagen y admirarla como si fuera una OBRA DE ARTE sub-under-abajo-arriba-de lo realista.
Cuando quieras te doy asilo en mi montaña con vista a la obre maestra de la brutalidad.
TE QUIERO MUCHOOO PANDAAA
ATTE: SOPA
P.D. YA SOY SOLTERA AGAIN...PERO SABES QUE? ESTOY MUY CONTENTA... (NO SERMON PLIS)