Ambos entran a la óptica.
Ella solicita sonriente una prueba gratuita.
Él espera viendo lentes para sol.
El resultado de la prueba convierte el hecho de que ella es miope como una calabaza en algo oficial.
Es diagnosticada "miopía de calabaza". Sus lentes antiguos le quedan cortos por más de dos dioptrías en cada ojo.
No, lo suyo ya no es sólo vista cansada...es mirar agobiado, observación desgastada, visión anémica; de acuerdo con la doctora.
Compra una dosis de lentes de contacto desechables, aunque no le da tanta confianza la parte de "desechables". Desde niña le ha parecido que los lentes de contacto son muy similares a escamas de pescado. Nadie en su sano juicio se insertaría escamas de pescado en los ojos sin oponer alguna resistencia.
Resiste.
Durante media hora sus ojos batallan contra los lentes.
Cuando logra colocar los extraños ojos de repuesto desechables, voltea la cara y mira por la puerta de cristal de la óptica. Él pregunta: ¿ves?
Ella responde que sí.
Caminan por la plaza comercial, él habla de lo inútiles que son los dependientes de las tiendas, de que es tarde, quiere comer, necesita bañarse, la quiere, le alegra que ya vea bien y muchas otras cosas.
Pero ella no contesta. Sólo sonríe.
Está mirando.
Mira.
Ve
sí...
Ve.
Ella solicita sonriente una prueba gratuita.
Él espera viendo lentes para sol.
El resultado de la prueba convierte el hecho de que ella es miope como una calabaza en algo oficial.
Es diagnosticada "miopía de calabaza". Sus lentes antiguos le quedan cortos por más de dos dioptrías en cada ojo.
No, lo suyo ya no es sólo vista cansada...es mirar agobiado, observación desgastada, visión anémica; de acuerdo con la doctora.
Compra una dosis de lentes de contacto desechables, aunque no le da tanta confianza la parte de "desechables". Desde niña le ha parecido que los lentes de contacto son muy similares a escamas de pescado. Nadie en su sano juicio se insertaría escamas de pescado en los ojos sin oponer alguna resistencia.
Resiste.
Durante media hora sus ojos batallan contra los lentes.
Cuando logra colocar los extraños ojos de repuesto desechables, voltea la cara y mira por la puerta de cristal de la óptica. Él pregunta: ¿ves?
Ella responde que sí.
Caminan por la plaza comercial, él habla de lo inútiles que son los dependientes de las tiendas, de que es tarde, quiere comer, necesita bañarse, la quiere, le alegra que ya vea bien y muchas otras cosas.
Pero ella no contesta. Sólo sonríe.
Está mirando.
Mira.
Ve
sí...
Ve.
4 comentarios:
Panda!! te compraste escamas de contacto!!! oraleee, te veremos sin pandeojos!!!
Te quiero aunque tengas escamas en las corneas.
sopa de letritas
PAN DE MONIO...LA SOPA Y COMPAÑIA ESTAN ENTERNAMENTE AGRADECIDOS CONTIGO. WE LOVE YOU SOOOO MUCH
Entonces de eso me he estado perdiendo al no ir al ojólogo...me haces considerarlo.
Por otro lado, felicidades, debe ser fascinante volver a ver bien :)
Ve... ahora ve...
Linda sensación que solo comprendemos los miopes.
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