martes, 5 de agosto de 2008

De mi arte a tu arte prefiero...


Detesto a la gente, especialmente a los artistas, que ponen cara de sorpresa y desconcierto cuando digo “Marcel Duchamp le dio en la madre a todo el arte pictórico y conceptual del siglo XX y XXI”.
Ojalá yo fuera la autora intelectual de esta afirmación. Ojalá yo hubiera podido llegar a esta observación. Pero no, no lo digo yo señores “artistas”, no lo digo yo. Esta brillante afirmación la leí en la entrevista que Marguerite Duras le hace a Francis Bacon, ahí nada más.
Cito:
¿Duchamp?
Se ha cargado la pintura americana para cien años. Todo viene de él, y todos. Lo que es curioso, muy curioso, es que él va hacía la pintura más estética del siglo XX. Pero su trazo era muy firme, y su inteligencia muy firme.

Ahora, pensemos un poco en esta afirmación antes de asustarnos y calificarla de reaccionaria.
¿A qué podría estarse refiriendo Bacon cuando habla así? (y por si no queda claro, el término “cargarse” la pintura está utilizado en castellano como “chingarse” en mexicano).
Yo creo que Duchamp sentó el precedente de un tipo de pensamiento que automáticamente le va a exigir a sus sucesores un nivel mínimo, al cual, evidentemente y hasta la fecha, no estamos acostumbrados.
Después de él, habitar el arte conceptual se vuelve tarea de alto grado de dificultad, y es que, me van a disculpar, pero no es fácil. Eso de pensar, no es fácil. Coincido con Bacon en su idea de que después de Duchamp, todos partieron de Duchamp hacia Duchamp sin terminar de partir ni arribar.
Basta entrar a cualquier galería de “arte moderno” en el mundo y ver el germen inseminado de la mirada Duchampiana a veces mal habida, otras mejor lograda. En México rara vez comprendida.
Y es que el mismo Duchamp le escupiría en el ojo a todos aquellos atristillas de colectivos retrasados ética y estéticamente, que lo tratan como un “maestro”. Duchamp jamás lo habría permitido, porque su genialidad nace ahí, donde su pretensión de “Arte” termina. Lo que entendió Duchamp es que el frac acartonado y exclusivo con el que la burguesía ha envestido al “arte” es lo que mata cualquier hallazgo, cualquier destello. Por eso su arte es exclusivo, no de una clase social o académica, sino de cualquiera que quieran pensar.
Y aquí estamos nosotros, jugando a pretender, atrapados en el peor de los romanticismos, como si todos estos siglos hubieran pasado en vano.
Aquí estamos, fotografiando perros atropellados en búsqueda de la “belleza de lo brutal”, fotos mediocres de eventos extraordinarios; en lugar de fotos extraordinarias de eventos, nada más.
El absurdo uso y abuso de los objetos, la instalación de lo gratuito envuelto en palabrerías y complicidades de gremio. El aquelarre de los “artistas de la nada” que entre ellos se cubren la espalda y se olfatean las colas y se aplauden las miserias. Entre ellos justifican su adolecida ética, su obtuso accionar ante la vida. La indolencia de sus días. Eso sí, hay que decir que hay pasión, es cool, no importa que nunca la hayamos conocido, la pasión es dogma.
Pero es que es tan “chido” ser “chido”. Mientras haya cocteles y la promesa de ser “diferentes”.
¿Transgresores? No señores, en nuestra generación lo único que podría transgredir sería pensar antes de actuar. Y si de verdad pensáramos, haríamos la mitad de lo que hacemos y lograríamos el doble.
Duchamp quería eso, Dadá era la muerte de los símbolos atroces del arte “aceptado”, era la rebelión en la noche gala, la burla de la genialidad estandarizada. Y estoy segura que Duchamp mismo habría orinado en la sala dadaísta del Pompidou y se habría cagado de la risa conmigo cuando aquella noche en el Covadonga (el punto de reunión chido, de los chidos artistas de la ciudad de México hoy) sostuve ante la desinformada mirada de la mesa más analfabeta del mundo artístico que Duchamp le dio en la madre al arte pictórico conceptual y a los artistas del siglo XX y XXI.
Anímense a leer la entrevista completa de Marguerite Duras a Francis Bacon en:
AQUÍ
Para que tenga algo chido que conversar en su próxima visita al Covadonga.

11 comentarios:

Sirena dijo...

Panda... te cabreaste como decimos aquí ¿o será importado?...
Me encantaría hablar más del asunto de la ética... de la foto del perro atropellado... o sea del "arte" que se hace hoy... pero Panda... la verdad, la verdad... he perdido la paciencia con los artistas plásticos... y la mayoría me parecen farsantes... y como eso no es posible (que todos lo sean) entonces a veces no opino demasiado.

Pandemia en la bañera... dijo...

A mí lo que más me sorprende es la geialidad de Duchamp, que cási sin quererlo, puso en evidencia a los gangsters del arte de su tiempo y de hoy, es decir, el hombre "balconeó" como decimos aquí, a varias generaciones de Artistas que hasta hoy vienen y van a él sin lograr partir ni arribar nunca. Qué nivel.
Y no se cómo sea allá, pero aquí los jovenes "artistas" se la pasan en fiestas de alberca y cocteles más de lo que la pasan pensando en su trabajo. Esos artistas me dan verguenza y claro que me cabrean.

Sirena dijo...

Panda... pues es que precisamente la ciudad a la que voy a migrar es el D.F. así que de pronto, sí podremos ir al Covadonga juntas... ¿te imaginás? Podemos ir y hacer una taxonomía de artistas... sólo por divertirnos... y ellos harían una taxonomía de nosotras... da lo mismo

Pandemia en la bañera... dijo...

Sí, sirena en df!!! eso!!!

Ondina dijo...

(*Ondina se truena los dedos*) Bien, Pandita. Pues yo qué quieres que te diga... coincido en muchas cosas de las que dices, pero noto un cierto dejo de resentimiento en tus palabras. Digo yo...¿por qué no nos dejamos de criticar a los que se dicen artistas, y simplemente nos dedicamos a CREAR? ¡O vaya, no nos juntamos con ellos, y punto! Deja de ir al Covadonga y haz lo que te corresponde hacer, que tú y yo conocemos el potencial que tienes...

Siempre es interesante detenerse a reflexionar un poco sobre el curso que ha tenido la historia de la manifestación de ideas en el mundo, pero sabemos que no lo vamos a cambiar: artistas estúpidos hay en todos lados, y no por ello les quitas el mérito de la sensibilidad que tanto has cuestionado, y el reconocimiento del querer hacer las cosas de modo distinto: así es el ser humano, nunca se cansa, nunca se conforma.

Yo que tú agradecería que haya gente que se dice artista hasta el hartazgo, pero que al menos intenta contribuir a buscar opciones, aunque partan de Duchamp o de quien se les dé la gana. Comparto el hecho de que hay gente ODIOSÍSIMA en el mundo del arte y que se siente en el Olimpo, pero ¡venga! no pasa nada. Cada quien sus traumas.

Bueno... después de la opinión vertida, y hasta el último como no es tradicional, te mando un saludo cariñoso y ánimos para que no pases corajes con la gente con que a veces hay que lidiar. Un abrazo.

Pandemia en la bañera... dijo...

Querida O. Coincido totamente contigo. Siempre hay que seguir trabajando.
Y aprovechar éste tipo de espacios para fugar las ideas, a veces racionalmente acertadas, otras pasionalmente correctas.
Y seguir trabajando, no porque se deba, sino porque no queremos hacer otra cosa.
Un cariñoso abrazo para ti también.

Escotomo dijo...

Duchamp, (y DaDa y el surrealismo...)fracasó en lo esencial y triunfó en lo accesorio y así pués sus obras están en las grandes colecciones. Ahora cuando veo a los Chapman o a Hirst o a estos nuevos artistas del escandalo pienso en el pobre Duchamp, no le gustarían, seguro.

Pandemia en la bañera... dijo...

coincido parcialmente con el señor PG.
Me parece que el fracaso Duchamp, fue conservarse en el formol del arte, aunque eso no sólo es responsabilidad de él.
Y sobre el gusto (le gustaría a duchamp, me gusta, nos gusta)estoy convencida de que es absolutamente intrascendente involucrarlo al hablar del arte. No es un problema de gustos, es un asunto de principios estéticos claros y tangibles. El gusto sería un colado incómodo en esta fiesta señor Pablo G, no hay que darle entrada.
Y gracias por interesarse. Usted, a diferencia del gusto, es bienvenido.
Coordiales saludos del panda

Escotomo dijo...

Hace un tiempo pensaba como tú, pero ahora si creo que el GUSTO sea importante, si yo disfruto con un libro o un cuadro o una película... es porque me GUSTA disfrutar (de los principios estéticos y tangibles de los que hablas), el verdadero arte es gusto y disfrute, el resto es mercado. Por cierto... me GUSTA tu blog.
Saludos

Pandemia en la bañera... dijo...

pues que gusto...

Blazara dijo...

Lo que dice Bacon es cierto si lo circunscribimos solo al espacio de la pintura, pero es bien sabido que no obstante su exito como pintor, Duchamp renuncio al discurso pictorico lo que lo llevo al discurso conceptual, y es ahi donde no es verdad que Duchamp se haya cagado en el arte conceptual, mas bien fue su precursor y mas claro enunciador, y es aqui donde el buen Kosuth nos dara una buena pista:
"Con los ready-mades el arte cambió su enfoque de la forma del lenguajea lo que se decía. LO cual significa que Duchamp cambio la naturaleza del arte de una cuestion de morfología a una de función. Este cambio -de la "apariencia" a la "concepcion"- fue el principio del arte "moderno" y el principio del arte conceptual. Todo arte (despues de Duchamp) es conceptual (en su naturaleza) porque solo existe conceptualmente.
El valor de los artistas individuales despues de D. ha de ser sopesado con su modo de cuestionar la naturaleza del arte. Y para esto uno no puede trabajar con el "lenguaje" que nos ha transmitido el arte tradicional, pues esta actividad esta basada en la existencia de UNA SOLA MANERA DE ESTRUCTURAR LAS PROPOSICIONES ARTISTICAS." y es en esta sola manera desde donde yo creo que habla Bacon.
Sobre las politicas culturales -como el salon dadaista del Pompidu - nunca dejaran de seruna porqueria pues son la principal causa de que la postura de Duchamp sea una utopia, pues lo sacralizan siendo una de las principales preocupaciones de don MArcel desacralizar el arte y la muerte del autor. En fin! Aun con todas la mala informacion a la que estamos sujetos, las posturas del buen MArcel y el señor Cage son las que mas nos pueden acercar mas a la creacion no como un ejercicio de talento sino como una forma de vida